Imagen sin descripción

Neuro electrofisiología, ciencia de vanguardia

Viernes 25 de Noviembre de 2022

En NOVAE Grupo Médico se abordan diversas patologías desde la neuro electrofisiología: Parkinson, distonía, temblor esencial y epilepsia refractaria, son algunas. A nivel mundial, en tanto, se investiga su aplicación en patologías relativas a Trastornos Obsesivos Compulsivos (TOC), patologías como depresión, adicciones, trastornos de la alimentación, Tourette y todas aquellas que, a medida que se avanza en su entendimiento, involucran zonas específicas del cerebro. 

 

La neuro electrofisiología es una especialización de la neuroanatomía aplicada a la planificación, centrada en identificar áreas específicas de ubicación y tratamiento. Es una intervención quirúrgica precisa, una práctica especializada que surge con la necesidad de incorporar “conocimientos plurales” a partir de la complejización de la ciencia, que impide abarcar en una sola disciplina todos los conocimientos y su capacidad de aplicación.
 

Se trata de una cirugía de precisión para colocar electrodos en el cerebro de un paciente con el objetivo de, en el punto adecuado, intervenir con un estímulo eléctrico que pueda generar un cambio en la patología. 


El primer paso es contar con imágenes estáticas del cerebro a través de resonancias y tomografías, que se cargan luego en planificadores que permiten una reconstrucción tridimensional. Mediante el uso de Marcos de Estereotaxia, se obtienen, con alta precisión, las coordenadas que permitirán ubicar el lugar ideal para depositar el electrodo. El especialista en neuro electrofisiología tiene la tarea de encontrar el camino óptimo para ubicarlo en el lugar indicado, evitando cualquier estructura de riesgo. 


Este procedimiento, que se lleva a cabo con el consenso del equipo médico, hoy se realiza con una mínima invasión de dos pequeñas perforaciones de 24 milímetros. Si hay movimiento del cerebro -que flota en el líquido cefalorraquídeo-, unos microelectrodos hacen una lectura de la actividad eléctrica en un rango de profundidad que permite detectar cualquier desplazamiento y corregir la trayectoria antes de colocar el electrodo definitivo. 


El avance en la implementación de esta práctica logró una importante reducción en el consumo de medicamentos, con impacto directo en la mejora de la calidad de vida de los pacientes. Sin embargo, para ser candidato a la cirugía el paciente debe cumplir ciertas características, en primera instancia, acreditar una respuesta clínica a alguna de las medicaciones aplicadas a su patología específica. Es un proceso que comienza con el seguimiento adecuado del paciente mucho tiempo antes de la intervención quirúrgica. 


El desarrollo científico y tecnológico permite hoy  implantes de  electrodos direccionales, para corregir imprecisiones y lograr segmentaciones, e incluso electrodos que leen la actividad neurológica del cerebro para medir que los estímulos no sean continuos, sino los que el paciente necesita. 

Los usos y alcances de esta técnica tienen un gran futuro, y su innovación constante irá abriendo nuevas posibilidades de la mano del recurso humano capacitado para implementar estos avances en las prácticas efectivas, con el fin último de mejorar la calidad de vida de los pacientes.